La relación con el cliente no acaba con la venta. Ya lo dijo Sam Walton, fundador de la cadena de retail Walmart: «la meta de una empresa es tener un servicio al cliente que no solo sea el mejor, sino que sea legendario».
El servicio al cliente es absolutamente esencial para construir relaciones a largo plazo.
Una estrategia de fidelización es uno de los aspectos en los que más se debe trabajar para lograr que el ciclo de ventas no se cierre una vez que las personas compren, sino hacer que vuelvan a elegirnos y que esa preferencia se prolongue tanto tiempo como sea posible.
¿Qué significa fidelizar a un cliente?
La fidelización de clientes se enfoca en retener a los clientes existentes, al mismo tiempo que se busca hacer crecer nuestra cartera.
Una campaña de fidelización tiene como objetivo construir relaciones duraderas con los clientes actuales, basada en el compromiso y en la confianza.
Para lograr esta meta, pueden realizarse diferentes acciones de incentivos o atractivos, a modo de recompensa, que cautivan puntualmente la atención de los clientes.
Entre las ventajas de una estrategia de fidelización podemos destacar:
Fases del proceso de fidelización
El proceso de fidelización de un cliente consta de 5 fases: Lograr que te conozcan, que confíen, que te compren, que te vuelvan a comprar y que finalmente te recomienden. Ese es el recorrido que deben hacer tus clientes para ser fieles a tu marca.
Estrategias para una buena fidelización
Un buen servicio posventa, de mantenimiento, garantía extendida, una buena atención al cliente, ofertas de venta cruzada o de up-selling son algunos ejemplos de estrategias que nos ayudarán a fidelizar a nuestra cartera.
Fidelizar clientes es la manera más efectiva de hacer que tu empresa tenga éxito a lo largo del tiempo. Te compartimos algunos consejos para lograr este objetivo.
En conclusión, las estrategias de fidelización otorgan a las empresas una garantía para la supervivencia en el mercado.